Qué es ‘Bagauda’

El feudalismo no fue, al contrario de lo que cree mucha gente, algo impuesto por los conquistadores germánicos. En absoluto. El feudalismo medieval fue inventado por el Imperio Romano, obligando a los campesinos libres a convertirse en coloni (lo que más tarde se diría siervos de la gleba) y extendiendo el poder y riqueza de los grandes hacendados romanos a expensas de la gente común. Frente a estos abusos, las masas campesinas de Europa Occidental se alzaron en armas con mayor o menor éxito en varias ocasiones, a estas revueltas se las conoce como bagaudae o bagaudas. El principal efecto de las bagaudas, además de acelerar la descomposición del Imperio, fue la independencia vasca de facto y en consecuencia la pervivencia de la lengua vasca o euskera, la última lengua pre-indoeuropea de Europa Occidental.

Nótese que seguramente el objetivo de los rebeldes vascos no fue meramente salvar la lengua antigua, cuyo uso era probablemente más medio que objetivo, sino salvar la libertad y la dignidad de las personas y las comunidades en las que vivían. El legado fue por lo tanto no sólo la continuidad de una etnia y lengua diferenciadas, más o menos independiente, sino el establecimiento de una legalidad (derecho pirenaico o navarro, primero consuetudinaria, más tarde formalizada en leyes y fueros) que aseguraba unas cotas de libertad, dignidad e igualdad, así como de democracia, incomparables con nada que existía en el resto de Europa, al menos hasta la independencia de Suiza, otro centro bagaudista a tenor de las referencias históricas.

Nadie sabe muy bien cual es la etimología de bagauda. Unos dicen que celta, otros que latina, yo me atreveré aquí a proponer tentativamente que es vasca, bagaude significa literalmente «estamos pues» y es posible que fuera una pregunta retórica respondida quizá con un clamor exclamativo: Bagaude? Bagaude! Estamos? Sí estamos! Una palabra de etimología seguramente relacionada es guda: guerra de liberación, guerra popular (para las guerras convencionales se usa el extranjerismo gerra, y aunque todas las gudak son gerrak, no todas las gerrak son gudak).

La primera bagauda ocurrió al parecer en 284, en torno a Lugdunum (Lyon), liderada por Amandus y Aelianus, y fue aplastada por Caesar Maximianus y su lugarteniente Caurasius en 286. El panegírico de Maximiano cuenta con asombro que «el simple granjero se vistió de uniforme; el labrador imitaba al soldado, el pastor al caballero, el rustico recolector de su propia cosecha al enemigo bárbaro».

Transcurrieron muchas décadas hasta que hubo una nueva bagauda, ya con el Imperio Occidental en franca decadencia ruralizante y feudalizante. No sabemos mucho de esta segunda bagauda, sólo que fue aplastada hacia 360 por el general franco Silvanus.

La bagauda definitiva ocurrió ya en el siglo V y se puede considerar, junto a otros episodios (invasión de los vándalos, suevos y alanos, abandono de Britannia) como el final efectivo del Imperio Romano Occidental (que desde entonces hasta su disolución definitiva sólo goberno Italia y algunos otros fragmentos con gran dificultad). Entre 409 y 417 se reportan bagaudas en toda Armórica (país entre el Loire y el Pirineo), la evidencia arqueológica (limes interior) indica que ya antes Roma tenía dificultades para controlar el noroeste montañoso de Tarraconense. En 409 los vándalos, suevos y alanos cruzaron sin problemas el Pirineo Occidental (es decir: las tierras vascas), estableciendo nuevos reinos en el sur y oeste de Hispania. En 410 Roma abandona Britannia.

Frente a esta revuelta y descomposición, Roma envió primero a los visigodos, que ya habían saqueado la ciudad imperial, otorgándoles poder más teórico que real sobre la Aquitania rebelde en 418. Éstos sin embargo intentaron saquear Arelate (Arles) y Roma tuvo que enviar un ejército al mando de Flavius Aetius, llamado por algunos «el último romano» a pesar de su ascendencia goda y educación húnica. La razón es que fue el último general romano que luchó con decisión por intentar mantener Galia e Hispania bajo control imperial: en 426 derrotó a los godos y en 428 a los francos pero en 429 no pudo evitar que los vándalos cruzaran a África (Tunicia). En los años 430 y 431 sabemos que derrotó a los bacaudae en Raetia y Norica, es decir: Tirol y las tierras adyacentes de Suiza, Austria y Alemania. En 436 derrotó a los burgundios y al año siguiente envió a sus amigos y protectores, los hunos, a exterminarlos. En 439 sin embargo fue derrotado por los visigodos, aunque pudo contraatacar y llegar a un pacto.

Pero el mayor problema de Aetius eran las persistentes bagaudas. Por ello asentó a los supervivientes burgundios y alanos en el Ródano en la década de los 440s y siguió cohabitando con los varias hordas bárbaras que nominalmente rendían pleitesía a Roma (foederati), ya que estos al menos aceptaban el orden aristocrático feudal romano, algo que las bagaudas no. La bagauda más molesta era en esta época sin duda la de Tarraconensis, es decir: la vasca. En 441 nombró a Asturicus procónsul para erradicarla, en 443 derrotó a los bacaudae de Aracaelo (Uharte-Arakil, Sakana, Navarra), en 445-47 atacó Gallaecia, ya entonces gobernada por una dinastía sueva que había pactado con los nativos, pero fue derrotado.

En 448 y 449 la bagauda surgió de nuevo con fuerza en Armorica e Hispania, donde saquearon Tarazona y Lleida. Los suevos de Requiario intervinieron a favor de los rebeldes. En esa época Aetius estaba muy ocupado en Galia, luchando primero contra los francos y luego contra los hunos. Aetius fue asesinado en 455, lo que permitió a Requiario ocupar Cartaginense con apoyo de la bagauda vasca. Requiario también atacó Tarraconense pero fracasó. Fueron los visigodos de Teodorico los que se hicieron con el control de las ciudades aún leales de esa provincia y eventualmente derrotaron y mataron a Requiario, estableciendo el reino godo que se extendía desde el Loira hasta Gibraltar.

Pero este reino tenía un hueco. Lo sabemos porque godos y más tarde también francos no cesaron de enviar expediciones contra los rebeldes, a veces llamados cántabros, a veces vascones. En 602 los francos merovingios establecieron el Ducado de Vasconia en Burdeos, que pronto (c. 612) ocupó todo el territorio vasco. Sin embargo entre 626 y 654 varias rebeliones redefinieron el ducado como estado independiente. Ya no es la bagauda… pero es su legado, como lo será la rebelión de Pamplona y las batallas de Orreaga (Roncesvalles), como lo será el legado legal y etno-lingüístico del Pueblo Vasco.

Pero como decía al principio, no es una cuestión primariamente de etnias o lenguas, es una cuestión de libertad, dignidad y democracia. Una cuestión que en esta época nuestra de decadencia imperial capitalista está aún muy viva y muy candente, no sólo en Vasconia sino en toda Europa.